El cumpleaños un cuentacuentos

1 09 2012

POR ENRIQUE PLANAS

                                                                         En su escritorio

Es un día como tantos otros en la oficina y suena el teléfono. Es
Lucy de Ribeyro, cuñada de Julio Ramón Ribeyro y esposa de Juan Antonio, su hermano mayor, a quien a lo largo de toda su vida dedicó uno de los intercambios epistolares más intensos de la literatura peruana. Me dice: “El 31 de agosto es el cumpleaños de Julio Ramón y tenemos que celebrarlo de alguna forma”. No importa que no sea un aniversario redondo, como preferimos los periodistas a la hora de escribir efemérides. En su caso, cumplir 83 años solo nos recuerda que el escritor aún podría estar entre nosotros, con fuerzas para escribir. Soñamos con un Ribeyrooctogenario, lleno de historias por compartir.

Eso podía creer al visitar la casa de Lucy, la tan célebre propiedad de la familia sobre la avenida 28 de Julio, en Miraflores. Allí están las fotos deJulio Ramón, sus cartas acopiadas con fervor por su cuñada, incluso añejos calendarios de escritorio donde el cuentista hizo toda clase de apuntes. En el sótano, parece que todo está listo para celebrar un nuevo cumpleaños del escritor con toda la familia Ribeyro. En esa casa, nuestro más grande cuentista se inspiró para escribir el memorable relato Tristes querellas en la vieja quinta, la historia de Memo García y doña Pancha, dos ancianos vinculados por la precariedad, la soledad y el amargo intercambio de insultos. “Aquí vivía el ingeniero”, me explica Lucy oficiando de guía. “Y, al fondo, la señora de los loros”, añade.

Aún son muchas las cartas de Julio Ramón a Juan Antonio que ella espera publicar. Puedo leer una, fechada en París en 1996, donde el escritorcomenta al hermano algunas propuestas que baraja con distancia para publicar un nuevo volumen de cuentos. También hace algunos comentarios de política y de cómo cumplió 57 años “en excelente forma y variados agasajos”.

En la carta, como una pepita de oro brillando entre el cascajo, el escritorreflexiona sobre cómo los años nos transforman: “Nuestra naturaleza está hecha de tal manera que nos oculta nuestra vejez, gracias a una serie de mecanismos de tipo óptico, sensorial o psicológico programados en nuestro ser. Así, nuestra vista disminuye conforme envejecemos, de modo que no vemos nuestras arrugas y otros deterioros más que cuando anteojos potentes nos lo revelan. Pero aún si conservamos una buena vista, tenemos de nosotros mismos una imagen interior que se sobrepone a la imagen que nos da el espejo, la vela y la rejuvenece. Es por ello que en momentos de distracción, cuando por azar nos vemos reflejados en la vitrina de una tienda, descubrimos que estamos demacrados, encorvados, y nuestro reflejo nos sorprende, como nos sorprende la verdad”.

En su comedor, repaso otras cartas inéditas. Lucy me facilita fotografías de su cuñado también inéditas, tomadas del álbum familiar. Con ese material, con palabras e imágenes del maestro, le prometo escribir el mejor homenaje que una página con 24 horas de vida puede
ofrecer.

NOTICIAS DESDE CHILE
Sin embargo, esta nota no es una simple efeméride, pues la Universidad Diego Portales de Chile hace noticia: 36 años después de ser publicada por la editorial Milla Batres, vuelve a editarse La caza sutil, desaparecido volumen que recoge sus ensayos, críticas literarias y conferencias, escritas entre 1953 y 1975.

La edición sureña, que será distribuida en Lima en breve por la librería El Virrey, añade al original un prólogo del escritor chileno Diego Zúñiga y las piezas ensayísticas escritas por Ribeyro hasta 1993, que se mantenían antes dispersas y en los que el entrañable autor comparte sus reflexiones como entusiasmado lector. El abanico de sus temas es tan amplio que abarca desde Ovidio hasta la cuentística de Maupassant. Sin duda, una gran forma de celebrar los 83 años de un autor siempre presente.


Acciones

Information

Deja un comentario